Las placas para juntas son una familia de materiales obtenidos mediante los procesos de producción del papel (látex en suspensión acuosa) o calandra.

Los obtenidos mediante los procesos de producción del papel tienen una gama de aplicaciones restringidas, son más económicos y más compresibles respecto a los producidos con las calandras que en cambio tienen óptimas características térmicas y una excelente resistencia a la presión.

La sustitución del asbesto fue posible introduciendo fibras de vidrio (poco utilizado) y fibras de Kevlar. A través del corte de estos materiales se producen juntas adecuadas para usos poco gravosos, como por ejemplo para las aplicaciones en la red de alcantarillado o en la red de abastecimiento de agua potable. Pero al mismo tiempo se producen juntas de alto rendimiento, resistentes a las altas temperaturas, a los ácidos y a los fluidos agresivos.

Para mejorar aún más la gama de aplicaciones de las placas para juntas es posible, después del corte, revestir el borde interno con un metal, generalmente el cobre, produciendo las juntas comúnmente llamadas juntas de hojalata o rellena. El metal tiene como objetivo aislar la junta del fluido agresivo permitiendo al material la aplicación en lugares donde de otra manera no podría ser utilizado.